Entre los ultimos días de mayo y los primeros de junio lde 2009 le dije adios a mi viejo velero (11 años) Artemis y le dí la bienvenida a mi nuevo CUATRO DAMAS.
Corre un dicho entre la gente que navega(mos) que dice que el que tiene un barco sólo recibe dos alegrías, la primera cuando lo compra, la segunda cuando lo vende: no es verdad, al menos no lo es en mi caso, sentí una gran tristeza al despedirme de mi Artemis.
Han sido muchos, hasta once años juntos, muchas horas en las travesías a Ibiza, a las Islas Columbretes a otros puertos de la costa levantina, en las que ha habido de todo: buena y mala mar, frío y calor, más este último, día y noche, serenidad y preocupación, cansancio y relajamiento, y sueño, mucho sueño en las horas nocturnas de navegación, buscando alguna luz en el horizonte. Y cuando ves esa luz se te pasa el sueño, lo aseguro. Tienes que averiguar si va o viene, o si está quieta, y la tienes que esquivar, recuerdo momentos de angustia en las primeras travesías ante el riesgo de un abordaje. ¿El balance? Satisfactorio.
Un magnífico velero. Por eso, no tuve ninguna alegría al “venderlo”, quizás también porque no fue una venta en el sentido de la palabra, más bien una valoración y entrega a cuenta del Cuatro Damas. Por eso, me sentí mal al decirle adiós, como si le hubiera sido infiel, por sustituirle por otro más joven, más bonito…¡¡Adiós, Artemis!! ¡¡Ay mis CUATRO DAMAS, mi esposa, mis dos hijas y la hija de mi hija!! Empezó dándome dolores de cabeza, ¿será por lo que representa su nombre? Una semana justa ha durado el montaje de la arboladura y la jarcia, cuando estaba previsto realizarlo en dos días.
Para qué describir los problemas, ya hice mi escrito de protesta ante el proveedor. Lo cierto es que CUATRO DAMÁS está listo para hacer su primera singladura, aun a falta de la documentación definitiva, ya que tengo una licencia de navegación provisional por dos meses y sólo hasta doce millas de la costa. Ya sabemos que las cosas de palacio van despacio. Espero que el Señor me de la salud y fuerzas necesarias para que mi Cuatro Damas me de similares satisfacciones a mi ex Artemis. ¡¡Bienvenido, Cuatro Damas!! De ahora en adelante empezaremos a conocernos para ser muy buenos amigos.
Ayer salí a navegar con otro antiguo laboral, Ángel A. López González, contábamos con un tercer laboral, pero al final se “rajó”. Nos fuimos a Burriana, algo más de doce millas en rumbo directo y la verdad que disfrutamos a la ida, con un viento levante de alrededor de 12 nudos.
No fue así la vuelta, con un viento racheado del norte, casi de hasta 20 nudos, con olas de 2 metros que puso a prueba a mi inexperta tripulación.. Entre la ida y la vuelta disfrutamos de una estupenda comida en un bonito enclave
Corre un dicho entre la gente que navega(mos) que dice que el que tiene un barco sólo recibe dos alegrías, la primera cuando lo compra, la segunda cuando lo vende: no es verdad, al menos no lo es en mi caso, sentí una gran tristeza al despedirme de mi Artemis.
Han sido muchos, hasta once años juntos, muchas horas en las travesías a Ibiza, a las Islas Columbretes a otros puertos de la costa levantina, en las que ha habido de todo: buena y mala mar, frío y calor, más este último, día y noche, serenidad y preocupación, cansancio y relajamiento, y sueño, mucho sueño en las horas nocturnas de navegación, buscando alguna luz en el horizonte. Y cuando ves esa luz se te pasa el sueño, lo aseguro. Tienes que averiguar si va o viene, o si está quieta, y la tienes que esquivar, recuerdo momentos de angustia en las primeras travesías ante el riesgo de un abordaje. ¿El balance? Satisfactorio.
Un magnífico velero. Por eso, no tuve ninguna alegría al “venderlo”, quizás también porque no fue una venta en el sentido de la palabra, más bien una valoración y entrega a cuenta del Cuatro Damas. Por eso, me sentí mal al decirle adiós, como si le hubiera sido infiel, por sustituirle por otro más joven, más bonito…¡¡Adiós, Artemis!! ¡¡Ay mis CUATRO DAMAS, mi esposa, mis dos hijas y la hija de mi hija!! Empezó dándome dolores de cabeza, ¿será por lo que representa su nombre? Una semana justa ha durado el montaje de la arboladura y la jarcia, cuando estaba previsto realizarlo en dos días.
Para qué describir los problemas, ya hice mi escrito de protesta ante el proveedor. Lo cierto es que CUATRO DAMÁS está listo para hacer su primera singladura, aun a falta de la documentación definitiva, ya que tengo una licencia de navegación provisional por dos meses y sólo hasta doce millas de la costa. Ya sabemos que las cosas de palacio van despacio. Espero que el Señor me de la salud y fuerzas necesarias para que mi Cuatro Damas me de similares satisfacciones a mi ex Artemis. ¡¡Bienvenido, Cuatro Damas!! De ahora en adelante empezaremos a conocernos para ser muy buenos amigos.
Ayer salí a navegar con otro antiguo laboral, Ángel A. López González, contábamos con un tercer laboral, pero al final se “rajó”. Nos fuimos a Burriana, algo más de doce millas en rumbo directo y la verdad que disfrutamos a la ida, con un viento levante de alrededor de 12 nudos.
No fue así la vuelta, con un viento racheado del norte, casi de hasta 20 nudos, con olas de 2 metros que puso a prueba a mi inexperta tripulación.. Entre la ida y la vuelta disfrutamos de una estupenda comida en un bonito enclave
FOTOS (ARTEMIS)
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A la llegada a Cala Vadella
Saliendo de Cala Vadella hacia San Antonio
Sin palabras
Navegando por Canet
Saliendo de Cala Vadella hacia San Antonio
Sin palabras
Navegando por Canet
Conan, mi fiel e incondicional marinero
Artemis sobre la góndola que le devolverá a su lugar de origen: Vigo
Artemis entrando en la góndola
Artemis una imagen de su interior
Artemis labor de mantenimiento, año 2006
Navegando de Burriana a Valencia. Año 1.998
Artemis sobre la góndola que le devolverá a su lugar de origen: Vigo
Artemis entrando en la góndola
Artemis una imagen de su interior
Artemis labor de mantenimiento, año 2006
FOTOS (CUATRO DAMAS)
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Cuatro Damas Montando el mástil
En el agua, dejando libre el dique de varado para sacar al Artemis
Cuatro Damas en el dique de varado
En el traveling, entrando el Cuatro Damas en el dique de varado
El Cuatro Damas y la primera dama
Comiendo en el restaurante El Morro, en Burriana (Castellón) con Angel Lopez, antiguo laboral, Perito Industrial, promoción 1964, y Angelet, amigo de Angel
Navegando solo
Angel López y yo
Cuatro Damas. Imagen de salon
Mesa de cartas del Cuatro Damas
Cuatro Damas. Imagen de interior
Mesa de carta
Cuatro Damas. Imagen de interior
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Cuatro Damas Montando el mástil
En el agua, dejando libre el dique de varado para sacar al Artemis
Cuatro Damas en el dique de varado
En el traveling, entrando el Cuatro Damas en el dique de varado
El Cuatro Damas y la primera dama
Comiendo en el restaurante El Morro, en Burriana (Castellón) con Angel Lopez, antiguo laboral, Perito Industrial, promoción 1964, y Angelet, amigo de Angel
Navegando solo
Angel López y yo
Cuatro Damas. Imagen de salon
Mesa de cartas del Cuatro Damas
Cuatro Damas. Imagen de interior
Mesa de carta
Cuatro Damas. Imagen de interior